El murmullo de la lluvia se confundía y difuminaba con la cháchara de las personas esperando por Andrés Calamaro, más conocido como el salmón, la noche de lluvia del 20 de Noviembre en el estadio Delmi de la ciudad de Salta. Pasaba por la linda, presentando su último disco "Bohemio". Algunos aplausos de impaciencia hacían entrever que ya era hora, que la gran mayoría eran un público experimentado que quería escuchar en vivo temas presentes del pasado próximo.
Arrancó diez minutos después de lo estipulado (21:40) de manera impecable con "mi enfermedad", uno de sus clásicos, esos temas que cantas en la ducha o tarareás entrando al trabajo. Continúo con su repertorio, cual rocola de bar, apelando al inconsciente colectivo musical de todos.
Inauguro su nuevo repertorio cantando la canción que más giro por las radios: "cuando no estas". Esa melancolía implacable que posee, la repetición de frases hundiéndote o elevándote se mantiene entre las armas que usa Andrés para llegar a su público. Y continúa haciendo mella. Público joven y no tanto se acoplaron a su voz ronca y partimos hacia la constelación musical del autor. Entre tema y tema nos comentaba: "Salta lo tiene casi todo. Salta la linda, Salta la trotska, las empanadas, el Cuchi y el folclore. Faltan corridas de toros nomás".
En medio del show hizo un pequeño homenaje al fallecimiento de Lou Reed, cantando una versión de "Walk on the wild side", adaptándola a su propio estilo.
Buscaba seducir al público cantando "Flaca", "crímenes perfectos", "el salmón", entrando al público por todos los flancos. Fue increíble observar que la estética del recital no distaba mucho de ser la del Indio Solari (una estética soft ricotera), un estilo rockero sobrio, con clichés habituales; Andrés colgó un Calamar de plástico en el micrófono y por un momento se puso una remera del Indio en la cara mientras tocaba; miradas experimentadas, recorriendo derroteros musicales ya surcados.
Por último cantó paloma y se retiro, volviendo con más fuerza para los bises a pedido de los espectadores, pre-cerrando con Alta suciedad y finalmente culminando con "de Música Ligera" poniéndose una remera de Soda Stereo en la cara y diciendo: ¡Fuerza Gustavo!.
Afuera lloviznaba, recordándonos que el salmón en época de lluvia y contra todo pronóstico sigue su dirección, su destino, aunque ya este viejo y grande, desova sus versos musicales en las mismas afluentes donde la música nace.
Texto y fotografías: Agustín Pérez Marchetta